sábado, 25 de abril de 2009

¿ESTAMOS EN EL CAMINO CORRECTO PARA LA RECONVERSIÓN PRODUCTIVA?




Por: Rafael Cruz Vázquez*

Los bioenergéticos se han convertido en los últimos años, en una alternativa para la sustitución de productos derivados del petróleo y ha favorecido enormemente a los países importadores de crudo. En el campo de los bioenergéticos, Brasil es el líder mundial en producción de etanol y derivados a base de la transformación de caña de azúcar y remolacha. En países emergentes latinoamericanos, como lo es México, Chiapas ha sido el estado promotor de la atracción de inversiones para el desarrollo de la industria de bioenergéticos y para ello ha signado convenio y dado facilidades para que con capital extranjero procedente de Colombia, se desarrolle la primera planta procesadora de biodiesel, la cual estará ubicada en la región del Soconusco, en el corredor industrial de Puerto Chiapas.

Por otro lado, la Secretaria del Campo de Chiapas (SECAM) a través del Instituto de Fomento a la Agricultura Tropical (IFAT) y la Secretaria de Energías Alternativas, están impulsado fuertemente el otorgamiento de incentivos para que los productores aprovechen las oportunidades de negocios identificadas por los expertos y ha emprendido una gran campaña de apoyo a través de recursos del PROARBOL de la CONAFOR, para la siembra de Piñón Común, cuyo nombre técnico es Jatropha curcas, así como de la palma de aceite (Elaeis guineensis) y próximamente el cultivo de la Higuerilla (Ricinus communis) y otras especies que seguramente la imaginación de los planeadores estratégicos de la SECAM-IFAT seguirán proponiendo a los productores.

La Palma Aceitera o Palma de Aceite, es una planta tropical propia de climas cálidos que crece en tierras por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar. En Chiapas se han plantado 29 mil hectáreas de las cuales 13 mil que fueron sembradas en el sexenio anterior están en producción, cuya meta de este sexenio es de alcanzar la siembra de 90 mil hectáreas. Actualmente existen instaladas varias industrias en operación conocidas como La Lima, y El Desengaño, en el Municipio de Villacomaltitlán, Agroimsa, en Mapastepec, Bepasa y Propalma en Acapetahua, Agroipsa y Palma Tica de Mexico, en Palenque, en la región de la selva, todas con capital de agro empresarios mexicanos.

El cultivo es hasta ahora rentable económicamente, con un precio promedio de $1,075 pesos por tonelada libre a bordo en planta, considerando que la producción promedio es de 18 toneladas por hectárea, el ingreso bruto anual se estima en $19,350 y el ingreso neto libre de costos de producción y transporte, se estima en $13,500 pesos por hectárea al año. Si se incorpora tecnología como riego y agro fertilizantes, la producción se puede elevar hasta a 40 toneladas por hectárea y en consecuencia el ingreso al productor.

El Piñón como cultivo en México es nuevo, pues solo en el estado de Veracruz se tienen datos de producción a nivel experimental en plantación, que se tienen registrados rendimientos hasta de cuatro toneladas por hectárea, en condiciones de suelo optimas, es decir en terrenos que si se destinan para cultivar con maíz, también pudieran producir como mínimo cuatro toneladas por hectárea.

En Chiapas, la SECAM-IFAT, están promoviendo la siembra de Piñón en terrenos de baja rentabilidad económica para cultivos básicos, como una estrategia para la reconversión productiva, que puedan generar rendimientos productivos de semilla seca de Piñón en un máximo de tres toneladas por hectárea, además de los beneficios ecológicos ambientales que ayudaran a conservar y preservar suelo, agua, fauna y aire ambiental a través de la captura del carbono y fijación al suelo.

En materia de rentabilidad económica, es en donde no se tienen las cuentas claras, pues mientras que en la extinta Comisión de Bioenergéticos manejaban cuentas alegres con rendimientos superiores a las cuatro toneladas por hectárea y precios mínimos de $2.50 pesos por kilo de semilla, la realidad comercial y de rentabilidad es distinta y pone en duda el futuro de este cultivo en México.

La realidad es que en los terrenos de baja rentabilidad económica, difícilmente se obtendrán tres toneladas de semilla seca por hectárea sin el uso de un paquete tecnológico que incluya la aplicación de biofertilizantes y plaguicidas, que incrementaran los costos de producción hasta en un 30% anual. De acuerdo a los precios del mercado internacional del piñón para biodiesel, el kilogramo de semilla podría alcanzar un precio máximo actual de $0.90 centavos de peso por kilo de semilla libre a bordo en la planta procesadora.

Viendo esta situación, la verdad es que los planeadores de la SECAM-IFAT tiene que explicar cómo se dio el proceso de planeación para promover un cultivo que no es rentable para los productores, pues obtendrían con tres toneladas/año por hectárea ingresos brutos de $2700 pesos y ganancias netas de $1620 pesos por hectárea libre de costos de producción, empaque y transporte.

Por cierto, en materia de producción de biodiesel extraído del Piñón, se requieren cuatro kilos de semilla para producir un litro de biodiesel ($3.60) más los costos de producción industrial, transformación, almacenaje, transporte, distribución y venta seguramente tendrá precios superiores al Diesel derivado del petróleo, que actualmente tiene un precio de $3.50 pesos litro de petróleo crudo en el mercado internacional y precio de venta subsidiado del diesel en $5.60 pesos en México (Checar este último dato previo al día en que se haga en gasolinera respecto al costo del Diesel)

Del cultivo de la higuerilla, en años anteriores se han hecho intentos de producir de forma industrial en México, pero se ha fracasado de forma recurrente por falta de planeación institucional y de productores en el manejo del cultivo, comercio e industrialización, por ello solo han prosperado superficies pequeñas para la obtención de ciertos subproductos.

En Chiapas aún recordamos tristemente que en los años de entre 1980 hasta 1993, los diversos gobiernos en turno promovieron entre los campesinos, la siembra de diversos cultivos de plantación, como el hule, la palma de aceite, cacao, marañón, macadamia, nuez de la india, higuerilla, cardamomo, entre otros, que a la postre dieron resultados frustrantes para los productores y de los cuales casi nada queda de esas plantaciones.
Este fracaso se dio por la falta de planeación técnico-científica para proponer la siembra de ciertos cultivos sin considerar aspectos fundamentales como la latitud y longitud de origen de la especie, condiciones bioclimáticas, fitogeneidad y fitosanidad comparativa de la región de origen y la región de plantación y análisis comparativos de los impactos en las especies nativas, análisis de la variabilidad genética., además de los aspectos sociales como la organización de productores, apropiamiento del cultivo, integración productiva con la industria y mercados, entre otras. Pero eso sí, los funcionarios de ese entonces se fueron con los cargamentos de dinero porque ellos mismos a través de sus empresas eran los proveedores de las semillas y los agro insumos, además de participar como viles coyotes en el acopio y comercialización de la producción.

Es tiempo de trascender para el futuro, por lo que el actual Ejecutivo del Estado no debe permitir que sus funcionarios lucren con la pobreza de los campesinos, como en el pasado ocurrió y que ciertos funcionarios de ese tiempo que fueron parte de ese fracaso, ahora nuevamente sean quienes tienen en sus manos los destinos del que hacer en el campo chiapaneco.

Quedan muchas dudas sobre el futuro de las propuestas productivas hoy planteadas como estratégicas para el gobierno, tales como:

¿La planta industrial de biodiesel de tecnología y capital colombiano procesara Piñón o en el mediano tiempo desplazara a las pequeñas empresas mexicanas establecidas que están procesando palma de aceite?

¿Qué incentivos adicionales por los servicios ambientales les ofrecerán a los productores para que les sea atractivo el cultivo del Piñón y por cuantos años?

¿Por qué la Asociación Estatal de Productores de Piñón, presidida por Rafael Arellanes Caballero, ex funcionario de la desaparecida Comisión de Bioenergéticos, es quien cobra los recursos del Proarbol de la CONAFOR destinados para la elaboración de programas de manejo y asistencia técnica, lesionando los intereses económicos de los prestadores de servicios técnicos acreditados?

¿Y porque esa asociación y su dirigente es quien preside el FIDEICOMISO estatal para el fomento del Piñón, cuyo capital se constituyo con recursos del estado, que trasfondo hay en ese instrumento financiero, que intereses representa Rafael Arellanes Caballero?

¿Qué pasara con la planta de biodiesel instalada en Cintalapa, cuya inversión no supera los cuatro millones de pesos, y si podrá competir con el capital colombiano que es de más de 25 millones?

*Se ha desempeñado como asesor del Poder Legislativo de Chiapas, asesor de ONG’S y articulista invitado de las Revistas de circulación Estatal y Nacional “Diálogos en el Sur”, “Imagen Política de Chiapas”, y “Quehacer Político”.

laberinto_chis@hotmail.com cruz-vazquez@hotmail.com,
http://www.laberintochiapas.blogspot.com/


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